Ayer fui a mi segunda sesión de la Técnica Alexander, que es una terapia para la reeducación del uso del cuerpo. Y la verdad es que estoy muy satisfecho. La clave de la técnica es el autodescubrimiento de las tensiones musculares, la aceptación de ellas sin nuevas reacciones, y la intención (sin acción) de que estos musculos se relajen y simultaneamente se estiren, adoptando su posición natural.
Casi todas las personas vivimos con los musculos tensos y acortados, ya que ejercemos mucha presión sobre ellos, gastando a la vez mucha energía. Si la tensión se hace excesiva aparecen enfermedades como la fibromialgia.
Desde la infancia creamos estas tensiones (estos habitos de tensar los musculos), por múltiples causas, por imitación de posturas corporales, por reacciones emocionales (como el miedo, la ira, ...), por proteger el tipo de personalidad que desarrollamos, por creencias mentales, etc.
La clase de ayer fue muy reveladora. En la primera media hora estuve tumbado boca arriba en una camilla, mientras Manuel, mi profesor de la técnica, me iba colocando suavemente la cabeza, las piernas, los brazos, y me iba haciendo pequeños movimientos y presiones corporales. Guiado por sus sabias manos, mis musculos se fuerón relajando y adoptando posiciones más naturales, y simultaneamente mi percepción corporal iba aumentando.
Durante toda la hora conversamos tranquilamente sobre la técnica, para que yo la fuera comprendiendo progresivamente, y pudiera luego aplicarla por mi mismo.
La segunda parte de la clase consistió en observar como me sentaba y me levantaba de una silla. Al principio usaba mucha tensión muscular para hacer estos 2 movimientos, y progresivamente, mientras iba relajando, estirando, y expandiendo mis musculos del torax y del cuello, con la ayuda de Manuel, mis movimientos se fuerón haciendo cada vez más suaves y relajados.
Nunca he sentido los musculos tan relajados y expandidos como ayer. Mi "coraza muscular" hace que mi espalda y cuello estén habitualmente muy curvadas, y mi caja torácica este replegada. Y ayer, aunque solo fuera por un rato, deje que mi "sabiduría postural interna" variara un poco este habito, y mi espalda, cuello y torax se estiraron y expandieron.
Estoy contento de haber dado el primer paso de un proceso de sanación corporal que durará toda mi vida. Un proceso natural en base al "poder del ahora" del cuerpo. Sin prisa, sin objetivos, sin agobios ... solo dejar que el cuerpo exprese lo que es.
Y esta técnica la integro naturalmente dentro de mi Practica Integral Transformadora. Nada más fácil, pues relajar, expandir, romper mis limites y "salir volando", es el trabajo para sanar mi tipo de personalidad, descubierto en base al eneagrama. Y ser consciente (autodescubrimiento), ecuánime (aceptar), y amoroso (intención), es lo que hago también con la meditación Vipassana, de la que ya hable de su paralelismo con la Técnica Alexander.
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