Durante cerca de 5 años, Nacho fue miembro de la prelatura Opus Dei.
En 1986, Nacho entro en contacto con la Asociación Cultural Taula, perteneciente al Opus Dei. Tenia 15 años, y fue atraido por los juegos de estrategia que realizaban los sabados por la tarde.
En la Semana Santa de 1987 se incorporo a la Obra como agregado, con celibato y posibilidad de vivir con su familia. Se le dijo que tenia vocación y que Dios le llamaba, y se sintio “obligado” a responder a la llamada.
Durante esos años siguio las normas de piedad que le marcaban, con misa diaria, una hora de oración, 3 partes del rosario, lectura espiritual, preces, etc. Además hablaba todas las semanas con su director espiritual y se confesaba con regularidad. Era clave que estudiara ofreciendo su trabajo a Dios, y que hiciera apostolado con sus amigos. Cada año acudia a una convivencia veraniega y un retiro espiritual.
El Opus Dei era su familia, a la que debia fidelidad y entrega, como medio para seguir la voluntad de Dios, como le vendierón.
Ahora sabe que le robarón la libertad, aunque no conscientemente, pues ellos tambien eran victimas de su visión parcial. Se inventarón su vocación, y le atraparón con el miedo y el “deber” de responder a esa “llamada”
En 1992 dejo oficialmente la Obra, aunque meses antes se habia ido desligando. Al irse pensaba que perdia su vocación, mas que era mejor irse que ser infiel a Dios. Durante años siguio sintiendo que habia abandonado su camino.
Actualmente Nacho es muy consciente de lo limitado de la visión del Opus Dei y de su espiritualidad. Es fundamentalista, con religión solo ascendente, tradiccionalista, con mentalidad de rebaño, y muy mental.
La espiritualidad integral o la Vipassana dan mil vueltas al Opus Dei, pues se basan en la busqueda libre y abierta del Ser por parte del buscador, sin sectarismos.
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