Ya estamos en camino, buscando y a la vez encontrando. El motor de nuestra vida es el deseo genuino de transformarnos y transformar el mundo. Los sueños nos guían en este camino, a modo de hitos lejanos hacia donde dirigirnos. El amor se despliega uniéndonos con todos los seres en este maravilloso sendero.
Todos estos aspectos son invisibles, como contaba la cita E. F. Schumacher, en el post anterior, y a pesar de esta invisibilidad, son fundamentales para nosotros. Sin ellos no sería posible evolucionar.
Lo invisible es hermoso ... y lo visible útil. Ambos aspectos son necesarios y complementarios.
A lo largo de estos últimos años de búsqueda personal he tenido unas etapas en las que me dejaba fluir, guiado por estos aspectos invisibles, y otras etapas en las que organizaba con herramientas visibles mis actividades de búsqueda y exploración (como un buen ingeniero). Creo que las dos visiones son correctas, necesarias, y plenamente complementarias.
A continuación os muestro un cuadro que me invente el otro día (con la idea original de aplicarlo en el taller de sueños). Es un cuadro visible para plasmar, dentro de lo posible, lo invisible. Pretende ser un apoyo al autodescubrimiento personal y grupal, y a la Practica Integral Transformadora. Es un ejemplo para que cada uno lo transforme a su conveniencia, lo convierta en mural, o simplemente lo tenga en la mente.
Puedes partir de tus distintos ámbitos personales (corporal, emocional, mental, espiritual) y colectivos (familiar, grupal, social, profesional, planetario, ...). Y sobre ellos, trabajar tu autoconocimiento y tu comprensión de la realidad. Después ir plasmando tus principales sueños y objetivos. Y con ello marcarte unas practicas o herramientas que te guíen.
Existen decenas de ejemplos más sobre estos temas. Por ejemplo, el Proyecto Personal de Vida (sobre lo que hice un breve curso hace 2 años. Si alguno queréis información me la pedís), o el segundo y tercer habito de los 7 hábitos de la gente altamente eficaz, de Covey.
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