15 de diciembre de 2005

Lo visible y lo invisible

Me gusta mucho la siguiente cita del libro "Guía para perplejos" de E. F. Schumacher, que muestra claramente la existencia de facetas internas y externas en la realidad. Lo visible y lo invisible es una buena metáfora de los cuatro cuadrantes.
Cuando más "interna" es una cosa, menos probabilidades tiene de ser visible. La progresión visibilidad - invisibilidad no es sino otra faceta de la gran jerarquía de los niveles de ser. No es necesario detenerse demasiado en ello. Es evidente que los términos "visibilidad" e "invisibilidad" no se refieren solamente al sentido visual sino también a todos los sentidos de la observación externa. Los poderes de vida, conciencia y autoconciencia que descubrimos al examinar los cuatro niveles de ser, son todos completamente invisibles, no tienen color, sonido, "piel", sabor ni olor; ni tampoco extensión ni peso. Y, sin embargo, ¿Quién negaría que son lo que más nos interesa? Cuando compro un paquete de semillas mi interés fundamental se centra en que estén vivas y no muertas; si pensamos en un gato inconsciente, aunque siga vivo, no es un verdadero gato para mí hasta que recupera la conciencia.


Maurice Nicoll ha descrito con agudeza la invisibilidad del hombre: "Todos podemos ver directamente el cuerpo de otra persona. Vemos moverse sus labios, sus ojos que se abren y cierran, el movimiento de las arrugas de la cara y el contorno de la boca y el cuerpo que se expresa como un todo en acción. La persona en sí es invisible... Si percibiésemos la parte invisible de la persona con la misma facilidad con que discernimos la visible, viviríamos una nueva humanidad". Pero, según están las cosas, vivimos en una humanidad visible, una humanidad de apariencias... Todos nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, imaginaciones, ensueños, fantasías, sueños, son invisibles. Todo lo que se refiere a nuestros proyectos, planes, secretos, ambiciones, todas nuestras esperanzas, miedos, dudas, perplejidades, ...
Nota: Las negritas y cursivas son mías.

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