26 de abril de 2005

El ciclo de los hábitos y el cambio de los hábitos

Ojeaba el otro día algo sobre el cambio de hábitos y el ciclo de los hábitos, solo mire un gráfico, y me quede con esta idea: Cuando tratamos de cambiar un habito, es fundamental saber que el caer es una parte natural del ciclo del habito. La clave esta en saber esto, y no culparnos por ello, sino volver a iniciar otra acción alternativa para seguir relajando el habito. 
La historia comenzó cuando unas amigas hablaban del habito de fumar. Algunas habían dejado de fumar, y el viejo habito estaba llamando a la puerta, y la tentación por fumar era muy alta. También yo me planteaba temas de mi "apego" al ordenador de estos últimos días, un habito fuerte que me engancha y no me suelta.
El ciclo del habito empieza cuando me doy cuenta de que hay un habito que me limita en mi crecimiento personal. Decido limar ese habito, trabajar para irle soltando. Cambiar el habito de toda mi vida no es fácil, y pienso que mi labor es más bien el de relajarle, y conseguir que al menos no me domine y me quite la libertad personal que busco tener.
Tomo un plan de acción, y lo sigo. Consigo resultados, gano algo, y a la vez me aparecen otros síntomas de ansiedad o lo que sea. El viejo habito protesta, no quiere irse. Un buen trabajo es observar esos síntomas, por ejemplo en las sensaciones cuerpo, donde resulta más fácil ver la parte física del síntoma. Si consigo observar con cierto desapego, con cierta ecuanimidad, mejor todavía.
En un momento determinado, la fuerza del habito es tan fuerte, que simplemente vuelvo a él. No pasa nada, es parte natural de nuestra naturaleza, los hábitos son eso, hábitos de vida, y lo normal es seguirlos.
También se que los hábitos se transcienden, este es uno de los grandes secretos de la evolución personal. Los hábitos duran un tiempo, y luego otros hábitos les suplantan. Si soy buen gestores de mi cambio personal, conseguiré ir transformando hábitos que me limitan por hábitos que no me esclavizan.
Entonces, el habito me tira con fuerza, y vuelvo a el. Observo el proceso, observo mi cuerpo, y sonrío comprendiendo. No pierdo la paz, no me autoflagelo, no me culpo. Sonrío sabiendo que mi vida es cambio, que los hábitos vienen y van, que esta es mi naturaleza en este momento, y que sigo adelante. En el proceso anterior, en el que tome un plan de acción y lo seguí, aprendí muchas cosas. Ese es mi tesoro.
Aparentemente he vuelto al habito, más muchas cosas han cambiado dentro de mi, tengo una experiencia fuera del habito, un viaje por otro lado. Puedo plantearme otro plan de acción, distinto o igual, y volver a probar a limar el habito, volver a jugar con él ... volver a aprender.
Salir de hábitos autolimitantes no es algo rápido, es un proceso lento, en el que lo importante es que sea paciente y constante. La vida me ayuda, si yo no pongo demasiadas trabas a ella.

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