28 de abril de 2005

Otra movida de teatro con Alternation

Ayer veintimuchos duendes, unos de blanco, otros de negro, gozamos en una de las islas del río Carrión a su paso por Palencia.
Este año, los que estamos en el taller de teatro de la Universidad Popular de Palencia, estamos haciendo una obra de calle todos los meses, bajo el titulo genérico de "Alternation". Hemos hecho de momias de papel por el centro de Palencia, estáticos en la biblioteca, de emigrantes sobre railes , de mimos, de payasos en el hospital, y ahora de duendes por el río. 
Los duendes no sabemos mucho de humanos, vivimos en nuestro mundo de sueños, que es más real. Unos vestimos de blanco, y otros de negro. A veces alguno viste de gris, aunque ayer no recuerdo a ningún duende gris. Los blancos somos más pacíficos y bondadosos, mientras que los negros son más guerreros e irresponsables. Mas somos muy amigos, pues sabemos que no podemos vivir los unos sin los otros.
No recuerdo bien de donde llegamos. Todos ansiosos de explorar nuevos territorios nos abalanzamos sobre la isla, y dejamos nuestros báculos en el suelo. Miramos el agua, saltamos de islote en islote, nos mojamos, nos restregamos sobre el suelo, abrazamos a los arboles, sentimos la caricia del viento, respiramos, ... Luego unos empezarón a construir un puente, otros un columpio, otros hicierón un fuego, otros nos dedicamos ha hacer la espiral mágica de piedras.
Los duendes sabemos que la magia del Universo evoluciona como una espiral, y aunque parecemos tontos por venerar a una espiral, realmente sabemos que es un símbolo de la transformación continua de todos los seres, tanto duendes, como hombres. No me parece tontería hacer y venerar a una espiral.
Luego, un silbido lejano proveniente de alguna otra dimensión, nos despertó el ansia de unir nuestras almas y crear el ritmo único y diverso de los duendes. Los sonidos que cada uno creábamos, vibraban en todo nuestro ser interno, y nos introducía en trances cada vez mas reales. Algunos empezamos a bailar, a movernos al ritmo del sentir de los duendes. Todo era mágico, y a la vez autentico. Es el juego de los duendes, el juego de gozar de la vida, lo inico que creemos verdaderamente importante.
Mas los duendes no paramos mucho en un mismo sitio, y antes de irnos, algunos decidierón chapotear por el río y sumergir su cuerpo en el liquido elemento, para renacidos seguir buscando y encontrando su esencia. Otros simplemente nos mojamos, cogimos nuestro báculo y cruzamos el puente temporal en dirección a otro espacio desconocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario