18 de marzo de 2006

Subo despacio la colina de los contextos humanos

Subo muy despacio la colina, y a cada instante me paro a hacer fotos del paisaje que percibo por debajo de mi. Tengo una imaginaria cámara tipo réflex, y con ella me basto para crear maravillosas perspectivas del mundo. Me encanta convertir la nada transparente de la pelicula fotografica en un mundo lleno de contextos de colores. Soy feliz, y cada día amo más mi vocación de espejo del mundo.

Subo la colina alternando distintas vías o lineas de ascensión, pues cada una de sus vertiente me da una perspectiva nueva. A veces me doy cuenta de que estoy girando en espiral por toda la colina, muy lentamente, parandome cada poco para no ignorar ni una sola de las imágenes a captar.

Continuamente me encuentro con amigos que también hacen fotos por la colina. Nos paramos a intercambiar instantáneas, vías de ascensión, experiencias, risas, etc, y muchas veces caminamos en grupo. En otras ocasiones prefiero caminar de forma individual, siempre sabiendo que no muy lejos me acompañan muchos amigos.  

Hacer buenas fotos es toda una ciencia objetiva que requiere de mi aplicar correctamente las reglas del encuadre, de la composición, del horizonte, del contraste, de la distancia, .... Y a la vez es un arte

subjetivo y muy personal, donde expreso sentimientos, mi forma de ver el mundo, los distintos significados de la experiencia humana, mi gozo del momento, y sobre todo la inspiración que viene de lo más profundo de mi alma.

El estado meteorológico es importante para obtener distintas imágenes. Me gustan los días soleados pues las fotos son muy brillantes. Me gustan los días nubosos pues las sombras las dan un matiz precioso. Me gustan los días lluviosos con sus cortinas de lluvia sobre las fotos. Sé que siempre tras las nubes viene el sol.

Al subir a un nuevo nivel de la colina, consigo obtener vistas más amplias y abarcantes del paisaje por debajo. Cambia mi perspectiva, cambia mi contexto. Quiero seguir subiendo, aunque sin prisas, pues cada día comprendo más que en todos los niveles puedo obtener buenas fotos. En cada una de estas alturas me detengo un rato a hacer fotos, hasta que siento que me he llenado de toda la riqueza de esa perspectiva, y entonces subo otro poquito. Sentir mis pies sobre la colina mientras hago fotos es para mi lo más importante.

No niego ningún nivel de la colina, ni ninguna vía de subida, todos me parecen fascinantes, y por ello tampoco me apego, ni me quedo fijado a ningún rincón de la colina. A veces me encuentro a amigos que han construido su choza en bonitos parajes de la colina, y hacen muchas fotos desde allí, y cuando miro sus fotos sigo admirándome de su belleza, y lo único que me duele un poco es cuando niegan la realidad de mis fotos o las de otros amigos, cuando dicen que nuestras fotos son falsas, y que esos lugares desde donde las tomamos no existen. Yo procuro no discutirlos nada, no hace falta explorar toda la colina para ser un fotógrafo feliz, simplemente los ayudo con alegría a satisfacer las necesidades que me expresan en su búsqueda de sus buenas fotos.

Cuido mi cámara, como el bien más precioso que tengo, la mantengo siempre limpia y brillante, y la compro periódicamente nuevos complementos. Siempre regalo las fotos a todos los que pasan por mi lado, mientras subo despacio, sin apego, sin ningún objetivo más allá de gozar y aprender.

Intuyo que dentro de unos años muchos jóvenes amigos subirán con cámaras de vídeo, conexión a internet, y unos mapas muy detallados de la colina. Será interesante unirme y aprender con ellos.

Siempre me encanta ver tus fotos, comprender tus distintas perspectivas, captar tu magia de fotógrafo. Espero seguir viéndote y que nunca dejemos de comunicarnos y mostrando nuestros sueños convertidos en hermosas imágenes.

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