Lunes 20 de junio: Cuando nos montamos en el metro, Raúl y yo teníamos el plan de turismo perfectamente perfilado, más a dos paradas de nuestro destino, de forma totalmente improvisada lo cambiamos. Y mientras nos reíamos de nuestro cambio mismos seguimos en el metro hasta llegar a La Défense, la zona de rascacielos y vida empresarial-comercial a las afueras de París.
Lo más emblemático de esta zona es el Gran Arco de la Défense, un edificio moderno en forma de arco, de 110 m de altura, y que esta en linea con el Arco del Triunfo. El entorno es el de una ciudad futurista y empresarial.
Después volvimos al metro, y aprovechamos el fabuloso bono semanal de metro que nos habíamos sacado un rato antes. Fuimos al barrio latino, hacia un restaurante vegetariano, donde nos pusimos las botas a una buena comida (tras 3 días de picar). Todo muy rico, y gozando de la tranquilidad del sitio. Luego fuimos de turisteo a la Sainte Chapelle y vimos de nuevo Notre-Dame, y nos dimos una vuelta por los alrededores. El calor era muy alto, como todos los días.
De vuelta hacia el piso, pasamos por el Centro Georges Pompidou, que vimos por fuera. Es una estructura chocante en una zona clásica de la ciudad.
Compramos un melón, que nos salió un poco verde (snif), una ducha reparadora, descansito, cena, y a dormir.
¡Que dura es la vida del turista!
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